Aunque con la llegada de las vacaciones se tiende a descontrolar la dieta, los adultos debemos garantizar que nuestras hijas e hijos continúan manteniendo una alimentación variada y equilibrada.
Por eso, queremos ayudarte con esta guía rápida de alimentación infantil en verano en la que, primeramente, te daremos unos consejos muy útiles que harán que logres tu misión:
- Organiza el menú semanal con antelación. De este modo, evitarás que las prisas te hagan recurrir a alimentos ultra procesados o a la bollería industrial.
- En la medida de lo posible, trata de mantener un horario estable en desayunos, comidas, meriendas y cenas e intenta que no se salten ningún ágape.
- Hazte con una pequeña nevera portátil para conservar en perfectas condiciones el agua, las frutas y las verduras cuando estéis fuera de casa. ¡La hidratación es tremendamente importante!
- Concédeles un momento especial. Los que somos padres sabemos lo difícil que es negarse a darles comidas no saludables. Así, nuestra recomendación es flexibilizar esta pauta uno o dos días a la semana. De esta manera, los pequeños se sentirán más libres y tú podrás decirles que ciertos caprichos los dejaréis, por ejemplo, para el fin de semana.
- Por último, motívales a practicar deporte. Los meses de verano son ideales para descubrir nuevas aficiones y, si éstas están relacionadas con el ejercicio físico, mucho mejor.
Alimentos saludables para los niños
Y ahora sí, continuamos con alimentos saludables para el verano:
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Frutas
Las cerezas, el melón o la sandía son piezas nutritivas y refrescantes, perfectas para combatir las altas temperaturas.
Además, son sumamente versátiles, ya que podrás tomarlas en trozos, mezclarlas entre ellas o combinarlas con yogur, leche o jugos.
Por ejemplo: un original gazpacho de sandía, una macedonia de frutas o una crema fría de melón con trocitos de jamón que seguro les encantará.
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Helados, batidos y sorbetes
Son la opción ideal para el postre o la merienda y lo mejor es que los prepares con frutas de temporada tú mismo.
Por ejemplo: unos polos de cereza o un batido de yogur y plátano son dos alternativas muy recomendables.
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Cremas frías de verduras
Se trata de una vía para que los pequeños de la casa consuman hortalizas prácticamente sin darse cuenta.
Por ejemplo: un puré frío de calabaza o una vichyssoise. Otra buena idea puede ser un salmorejo, aunque no es aconsejable abusar de él ya que suele contener un mayor número de calorías.
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Ensaladas
Para preparar una buena ensalada de verano solamente necesitarás un ingrediente: tu imaginación.
Por ejemplo: ensalada de garbanzos, zanahoria, rúcula y queso feta o un bol de espinacas, fresas y queso fresco.
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Frutos secos
Los frutos secos son ideales por su gran aporte energético y porque son muy fáciles de transportar a cualquier parte. Como aperitivo, merienda o para picar entre horas y no caer en la tentación de alimentos no saludables. más
Por ejemplo: las nueces son excelentes para su cerebro, mientras que las almendras aportan un extra de energía y las avellanas fortalecen su sistema nervioso.
En definitiva, debemos buscar alimentos que contengan muchas vitaminas, minerales y fibra y que, además, sean poco calóricos. Gracias a esta combinación, lucharemos contra la obesidad infantil y conseguiremos que nuestras hijas y nuestros hijos crezcan sanos y fuertes.
Y ahora dinos: ¿qué otras preparaciones nos recomiendas para nuestros pequeños?