El descanso es clave para sobrellevar el ritmo de vida actual y para proteger tu salud física y mental. De ahí que elegir una buena cama sea un cometido importante.
Hace poco te contábamos cuáles eran los 5 hábitos que te ayudarán a dormir plácidamente y hoy vamos a hablar de cómo escoger el mejor equipo de descanso teniendo en cuenta los siguientes aspectos:
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El espacio
Antes de empezar con la búsqueda, deberás tener en cuenta el espacio disponible para no ocupar más del necesario.
Procura que haya suficiente margen a lado y lado de la cama para transitar cómodamente y colocar una mesita de noche que te permita dejar tu móvil, un libro o un vaso de agua.
Si tu cuarto no es demasiado grande, escoge la opción del canapé, ideal para aprovecharlo como un extra de almacenaje.
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La colocación
La posición de la cama es también un factor muy significativo.
Según la filosofía Feng Shui en el hogar, no la coloques nunca en el centro de la habitación ni cerca de la puerta de acceso. Evita también que los cables pasen por detrás del cabecero e intenta que la ventana quede a uno de los dos lados.
Está demostrado que una correcta disposición te aportará la paz que necesitas para dormir mejor.
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El colchón
Esta es la parte más personal del proceso, ya que cada persona tiene unas necesidades particulares.
Si partimos de la base de que un colchón demasiado blando es tan nocivo para la espalda como uno muy duro, deberás ser tú mismo quien decida qué es lo más confortable para ti.
Por lo general, el grosor del colchón deberá ser de 15 centímetros como mínimo y, en cuanto a la longitud, entre 10 y 20 centímetros más que la persona de mayor altura.
Nuestra recomendación es que, cuando vayas a probar el colchón, lo hagas con calma y combines las diferentes posturas en las que duermes: boca arriba, boca abajo y de ambos costados. Solo así descubrirás cuál es el que mejor se ajusta a tu morfología.
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La almohada
Lo mismo que sucede con la firmeza del colchón se traslada a las almohadas. Ni muy duras, ni muy blandas; ni muy altas ni muy bajas.
En este punto, nuestro consejo es el mismo: pruébalas siempre en primera persona. Pero ojo, hazlo siempre una vez hayas escogido el colchón y no al revés. De este modo, almohada y colchón formarán la pareja perfecta.
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La ropa de cama
La ropa de cama es algo completamente personal y el abanico de combinaciones es interminable: nórdicos, colchas, mantas, edredones… Lo importante es no pasar demasiado frío ni demasiado calor para evitar despertarnos en medio de la noche por uno de estos dos motivos.
En cuanto a los tejidos, los más convenientes son el lino y el algodón.
Recuerda, además, la influencia de los colores sobre nuestro estado de ánimo. Así, las gamas claras y neutras serán una apuesta segura.
Con estos 5 consejos para elegir tu equipo de descanso esperamos que consigas tu propósito: descansar como te mereces.