A la hora de comprar una vivienda, algunas personas tienen muy claro si prefieren un piso a reformar o uno reformado. Otras, en cambio, tienen algunas dudas sobre ello.
Hoy, y con el fin de resolver estos interrogantes, vamos a hablar de las ventajas y los inconvenientes de cada modalidad, para que puedas hacer un balance y escoger la opción que más te convenga:
Ventajas de los pisos para reformar
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La primera ventaja, y la más obvia, es que el precio de compra es inferior. No obstante, en el siguiente apartado volveremos a hablar de ello, ya que existen algunos matices que deberás tener en cuenta.
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La vivienda estará remodelada completamente a tu gusto, pudiendo elegir disposición, materiales, estructura y calidades. ¡Prácticamente a medida!
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Es muy probable que este tipo de viviendas se encuentren en una zona más céntrica y accesible, ya que los inmuebles más antiguos suelen situarse en el centro de la ciudad.
Inconvenientes de los pisos para reformar
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Ligado al aspecto económico, si bien un inmueble a reformar resulta más asequible, hay que tener en cuenta que encontrar la financiación para una reforma no es tan sencillo. Este montante va a parte de la concesión de la hipoteca, por lo que, si optas por esta alternativa, deberás tener suficiente liquidez para hacer frente a la obra.
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Para personas que no están familiarizadas con el ámbito de la construcción, llevar a cabo una reforma integral puede resultar complicado si no se cuenta con profesionales realmente cualificados.
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A menudo surgen algunos imprevistos en el momento en el que se está realizando la reforma y resulta complicado contar con un presupuesto totalmente cerrado. Por ello, se recomienda reservar, al menos, un 10% para posibles contratiempos.
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Hay que esperar a la reforma, lo que hace que no puedas habitar el piso de manera inmediata y estés sujeto a los plazos de la reforma.
Ventajas de los pisos reformados
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Es mucho más cómodo, ya que con un piso reformado evitas pasar por el proceso de las obras (que, para qué negarlo, suelen ser algo tediosos).
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La inmediatez es otro de los pros. Si adquieres un piso en el que poder entrar a vivir, podrás hacerlo desde el mismo momento en el que firmes el contrato de compra.
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En relación con el punto anterior, esta inmediatez supondrá un ahorro económico importante. Si estás de alquiler, te ahorrarás hacer frente a la mensualidad y la hipoteca.
Inconvenientes de los pisos reformados
– Hay muchos tipos de reformas y, con ello, múltiples calidades. En ocasiones, algunos pisos que parecen seminuevos solamente gozan de un “lavado de cara”. Así, puede que el aislamiento térmico o las instalaciones de agua, luz y gas, sean muy antiguas y debas cambiarlas, a pesar de que el inmueble tenga buen aspecto a primera vista.
– Es mucho menos flexible. Solamente tendrás la posibilidad de realizar pequeños arreglos y no podrás decidir sobre ciertos detalles, como sí ocurre con los pisos en bruto.
Y ahora que ya conoces un poco más sobre cada opción, nos gustaría que nos contaras tu opinión: ¿prefieres un piso reformado o a reformar? ¡Te leemos en comentarios!